domingo, 31 de agosto de 2008

Ayer salí a volar en zapatillas cuesta abajo de mis expectativas. Y un disparo de sol me mato de una caricia. Tus rulos no paraban de seducir a mi mejilla que se hacía la tímida recostada sobre tu sien. Ella intentó disimularlo..., no digas nada les dijo, pero tu abrazo fue más fuerte. Uno, dos, tres segundos creo que duró. A ver... Uno, dos, tres, cuatro, cinco...

miércoles, 27 de agosto de 2008

Presente Contenido

Cuando abrió los ojos, se encontró mirando al cielo sin nada para decir. Las nubes cuchicheaban acerca del porqué de su silencio. Ellas habían estampado un mundo distinto ese día para él. Las pequeñitas trabajadoras carmesí contorneaban su figura como a un gigante. Y renegaban no poder ver el obsequio de las nubes.
Su conciencia descansaba con miedo en el rincón de los deberes. En aquel rincón de cuando niño solía escribir canciones en vez de hacer tareas de matemáticas. Garabatos obnubilaban sus pensamientos y él transpiraba esa bruma por su sonrisa.
Cuando despertó, ella estaba ahí. El no atinó a nada, solo contemplarla. Tanto tiempo de espera, no sabía qué hacer. Cuando él despertó, ella estaba ahí.

domingo, 24 de agosto de 2008

Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic... no se contar, no se de números, ni sumar. No se calcular, si especular; pero las agujas entonan mi espera sin temer desafinar. Recostado en la alfombra de polvo de mis deseos con la puerta entre abierta espero tus caricias de avellana.
De niño siempre fui crédulo, creí en reyes, en la solapa, papa noel, el lobizón y otras sanatas. Creo en mí, no creo en dios todopoderoso, aunque antes sí. Creo en lo que veo, en lo que quiero, en los que me quieren, en lo que construyo, en lo que intuyo, en lo que escucho, siento, temo, como verán sigo creyendo. Será por eso que sigo esperando sentir esos roces de avellana iluminar mis mañanas.
Por un segundo quedo dormido, con mi cabecita recostada sobre tus pensamientos; desenredando nubes en tu melena: Dejate llevar… Con el talón arrimo las puertas de la prudencia. Con las vertebras cómplices de las vísceras intento tallar en mis piernas tus anecdotarios. Historias de risas, de ruedas, masitas, de rayos, veredas... Quisiera acompañarte a volar de la mano, sobre esas hojas estériles, poéticas, pero estériles. Hojas que arrastran fantasías de color recuerdo. Y con llantos lapachos, vetear el rastro de la nostalgia de añorar lo que nunca jamás sucedió, para que suceda. Quizás la paciencia de florecer, la esperanza de brotar me mantiene sembrando ilusiones de sal.
Quisiera que me hables y me mires, que me mires y no me hables. Que te rías, que me rías y me elijas. Que respires, y que con tu respiración tijeretees palabras de amor sobre mi pecho. Que huyas, te quedes sin aliento, y que vuelvas. Quisiera que me toques en el viento, que me sueñes sin hastío y que flotemos en el río con abrazos de metal. Que vuelvas a huir, por el miedo a amar. Que huyas, te quedes sin aliento, y que vuelvas por no poder más. Sin más, otras tantas cosas quisiera desear, pero sin ánimos de enumerar; ya que no se contar.
Te espero abrigado de sueños para que me despiertes. Mi torso desnudo, las manos cruzadas, patas enredadas y cabecita apoyada sobre mi almohada de palabras no dichas. El anotador en blanco y mis besos sin tocar recortados en cartón. El escritorio, un cajón, el espejo: tu reflejo y yo esperando. Esperando despertar para poder soplar dentro tuyo y no esperar más.

domingo, 17 de agosto de 2008

InstantEgo

Morirme en tus brazos...
¿para qué?
Si no mueres conmigo.
Morirme contigo,
¿para qué?
Si no podría liarte a (mi) la vida...
Que egoísta! afirmarás...
El amor a veces es ser egoísta.
Y Morir...
a veces necesario.

jueves, 14 de agosto de 2008

Rancio (martes de cenizas)

En esta casa se derriten las paredes siempre a la misma hora, y eso que los relojes ya no cantan agujas. Contando tacitas de café saltar la tranquera, por una grieta del ventiluz del baño puedo ver la luna seducir al tejado. ¿Será por eso que se funden las paredes? Trapeando resina por los rincones, me encontré con rimbombancias de esencias rancias por descuidarme. Justo cuando casi me animaba… Duelen de oírse aquellos ecos en esta casa, en este cuarto.
Que difícil los martes: levantarte, respirar, menospreciarte, cara lavarte, seguir respirando, tomar mates, acostarte, levantarte y por fin volver acostarse… Paso a paso, piso, piso, sórdidas sonrisas, muerden las muecas de mis (mil) ausencias. Justo cuando decidía domesticar mis pasiones y clasificar mis ansiedades.
A lo mejor todo tiempo pasado será mejor. Y si logro engañar al cerebro, sin traicionar al corazón y sin barbitúricos… todo tiempo presente será PRESENTE; o tiempo.

lunes, 11 de agosto de 2008

¿Hablaré dormido?

Burbujas de colores,
indiscretas,
juegan impunemente enredadas entre tus pelos.
Juegan y cuchichean,
te hacen morisquetas
y te silban secretos de domingos.
Domingos desterrados
de hamacas y toboganes,
donde las nubes son verdes musgo
y el aire gris corrugado.
Mientras la vigilia corretea por tu sien,
estas burbujas bandidas no temen emborracharte
de sueños de papel crepé.
- ey vamos?
te invito a mi viaje. Es en un globo bordado.
.......................
Y antes de contestar ya estaba perdido,
paseando...
Sobrevolando cultivos de sueños
aterciopelados,
sonrisas de medialunas coronaban la audacia,
de entregarse a soñar.
Sin miedo a la oscuridad,
a lo incierto,
con la sola compañía de su tímida vanidad.
En un parpadear de respiro
me encontré ante una puerta de rhodesia.
En ella con letras vestidas de almíbar glaseado
decía:
"No temas
cuando menos te des cuenta,
besaré tus pies
y abriré la puerta"
La abrí sin miedo
y empecé a caer al vacío,
con una soga amarrando mi cuello.
A los gritos y pataleos,
sin más estaba rebotando en un colchón verde pero como de agua.
Su textura acariciaba mis suspiros
de papel glasé,
cuando me desperté...
Me levanto,
me desperezo,
me acomodo un poco el pelo
como para no perder la costumbre.
Y me dirijo a la puerta
sin saber porqué...
miro al suelo,
una esquela:
"Conocer su geografía
y hasta sus más oscuros pensamientos,
también forman parte de mis sueños..."
Abrí los ojos sobresaltado,
desde la cama miré a la puerta,
por ahora solo asomaba la boleta de la luz.
Pero al menos,
respiro el ronroneo de mi dulce gato
acurrucado en mi cuello.
- ¿Me hablará mientras duermo?