Los rayos de sol nos envolvían de silencio a la tarde. Mi cuerpo ensayaba en braile caricias para olvidarte, mientras mis celos injustificados jugaban a la escondida. Sin mirarnos no nos sacamos los ojos de encima.
Mentiritas piadosas lloraban letras en fa menor, soldando sonetos con roces de nosotros dos. Aún no entiendo que pasó en esos días. Porque pasó que no pasó... y si es eso en verdad lo que pasó. Pero de lo que estoy seguro es que: Sin mirarnos no nos sacamos los ojos de encima.
miércoles, 8 de octubre de 2008
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2 comentarios:
los domingos tambien suenan asi
Ver o sol amanhecer
E ver a vida acontecer
Como um dia de domingo...
gracias por su visita...siempre es bienvenida con globos y platillos.
abrazos
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